David, el rey David, conocido por casi toda la humanidad sin importar raza, credo o nacionalidad. Que fue lo que él hizo para ser recordado hasta el día de hoy? Él era un hombre, con todos los errores que cualquier hombre pudo y puede cometer, precisamente por sus errores, tuvo la necesidad de buscar a DIOS y escucharlo, Dios lo llamó: «Un Hombre con un Corazón Conforme al suyo». A los ojos del mundo esta fue y sigue siendo una locura, ya que David, fue un hombre bélico, un simple pastor, menospreciado por sus hermanos, un rey perseguido hasta por su propio hijo, sin embargo en todo tiempo y momento su deseo fue acercarse a Dios, con tal necesidad que ni un solo instante en su vida dejo de hacerlo, sencillamente se mantenía junto a Dios, reprendiendo hasta a su propia alma.
Salmo 42:5
¿Por qué te abates, oh alma mía,
Y te turbas dentro de mí?
Espera en Dios; porque aún he de alabarle,
Salvación mía y Dios mío.
Esto es lo que Dios anhela de nosotros, Él sabe que cometemos errores, Él conoce nuestros pecados, lo que nosotros debemos de saber es que Él no tiene necesidad de que nos perfeccionemos por nuestro propio esfuerzo, sino de que nos acerquemos a El para que con su tierno amor y cuidado Él permanezca en todo momento en nosotros, haciendo que nuestro corazón, que es «lo mas profundo de nuestras mentes», sea uno con Él y este sea totalmente conforme a Su corazón, este corazón es la voluntad de Dios.